sábado, 11 de agosto de 2012

Sueño de una noche de verano

Una luna ausente se imponía desde el cielo, taciturna, autoritaria. Las calles, desiertas, se escondían tímidas a mi paso. El viento arrastraba hacía mi rostro las gotas que poco a poco empezaban a desprenderse desde lo alto. Silencio. Oscuridad. De pronto aparecí en aquel paraje, solo, o eso creía hasta que me di la vuelta… Allí estaba ella, girando grácilmente sobre sus pies, con los brazos abiertos mientras la lluvia empapaba sus ropas ciñéndolas aún más al cuerpo. Se movía al ritmo de una melodía muda que sólo ella parecía escuchar, despreocupada, presuntuosa, feliz... Aquel espectáculo que reflejaban mis pupilas me tenía absorto, hipnotizado, hasta tal punto que por un instante dejé de existir dejando sola a la espontánea bailarina.


Cuando, al fin, tomé conciencia de dónde estaba, la lluvia había cesado y volvía a estar solo bajo la imponente luna. Aún tenía grabada en mi retina aquella imagen, la de la muchacha bajo la lluvia. Su rostro lleno de felicidad, sus manos acariciando el agua al caer, su cuerpo perfectamente dibujado por sus ropas mojadas… Cerré los ojos con fuerza para retener aquella imagen, deseé con todas mis ganas que se hiciera real, aunque solo fuera por un segundo deseaba tenerla ante mis ojos de nuevo, danzando, hermosa, soñando… Silencio. Oscuridad. Luz. Ahora todo es un vago recuerdo, una ilusión que poco a poco se desvanecerá en mi memoria. Ella sigue bailando en mi retina, sin rostro, sin música, sin lluvia, sola…

lunes, 6 de agosto de 2012

Nunca llueve a gusto de nadie

¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos…? ¿Quién soy yo? Preguntas a las que no siempre resulta fácil dar contestación… ¿Quién soy..? Curiosa pregunta, pues yo soy yo. Está claro, no hay mayor verdad en el mundo. Pero… ¿qué implica eso?, ser yo… No podría daros ni una aproximación de lo que eso significa pues ni yo mismo lo sé. Soy un cumulo de circunstancias, de genes expresados en fenotipos, de experiencias, de segundos pasados… Una rémora de un niño que un día existió, un conato del adulto que reside en mi. No pretendo engañar a nadie, soy lo que veis.

Yo soy yo ahora, y lo fui en el pasado. No, no soy el mismo, ni lo seré cuando termine este texto. Cambiamos a lo largo de la vida y no dejamos de ser quien somos, nunca. Está claro que nunca llueve a gusto de todos, no se puede ganar siempre en la vida.. ¿y perder? ¿se puede perder siempre en la vida? No, tampoco, no sería justo ni estadísticamente creíble… Quizá ahora toque perder, aunque toda derrota puede verse como una victoria (es cuestión de ver el vaso medio vacío o medio lleno); pero esta derrota no puede convertir en fracaso las victorias del pasado. NO.

Debemos apartar de nuestros recuerdos aquellos que nos envenenan con su presencia, nos dañan y distorsionan la realidad.. Quedémonos con los que nos hicieron sonreír, soñar, volar, llorar (sí, llorar, pero de felicidad)… Ver el vaso medio lleno no es menos realista que verlo medio vacío. Es cuestión de buscar lo positivo en la vida (sorprendentemente existe) ya que lo negativo nos vendrá a darnos de bruces sin previo aviso.